«La Austeridad»

por: Gustavo Pallamares

La Austeridad:

Gustavo Pallamares M.Sc.

Los historiadores coinciden que el proceso que hemos vivido en los últimos doscientos años ha sido de un progreso abismante, donde hemos mejorado rotundamente nuestras expectativas de vida, hemos encontrado la cura para muchas enfermedades, pero en ese mismo proceso y en la misma proporción nos hemos ido deshumanizando, desconectado de nuestros afectos, del sentido más trascendente de lo que hacemos, estandarizando nuestros gustos y haciéndonos más predecibles y por lo tanto más vulnerables a la propaganda y a las “estrategias” de marketing.  Heinz von Foerster (padre de la Cibernética de Segundo Orden) nos plantea que si seguimos “avanzando” en la misma dirección el proceso de deshumanización se irá profundizando, y nos iremos alienando y estandarizando. ¿Para dónde vamos? ¿Quién está guiando ese proceso? ¿qué tan protagonistas de ese proceso somos las “personas comunes y corrientes”? ¿Qué sentido tiene este proceso? En otras palabras este proceso ¿nos hará más felices? Si nos comparamos con las personas de la edad media nuestra vida es mucho mejor, más salud, más recursos, más comida, mucha más entretención, vidas más largas pero ¿somos más felices que ellos?  ¿nuestras vidas tienen sentido? ¿nos hemos humanizado?

Como siempre un filósofo griego nos da una lección de preguntarnos por lo que realmente necesito: Diógenes cada vez que pasaba por el mercado se reía, porque decía que le causaba mucha gracia y le hacía feliz ver cuántas cosas había que él no necesitaba. Rico no es el que más tiene, sino, el que menos necesita. La clave es una palabra proscrita en nuestra sociedad y que cada vez suena peor y lentamente se convertido en innombrable… “austeridad”. A las personas austeras se las “acusa” de apretados, coñete, avaro, cuando la real austeridad no tiene nada que ver con esto. Por otro lado ¿por qué prácticamente todas la religiones nos llaman a vivir con austeridad? ¿Por qué los grandes profetas ven en la austeridad un medio para alcanzar la felicidad? ¿Por qué grandes hombre como Gandhi la ponen como clave de liberación? Jesús nos llama a ser austeros, Mahoma nos llama a ser austeros, Buda nos llama a ser austeros…. por otro lado ¿por qué nuestra sociedad ya no valora la austeridad? más bien la tiene miedo. La respuesta es sencilla y compleja, porque vivimos en la “hipnosis de consumismo” y solo la austeridad nos hará despertar y conectarnos con nuestras reales necesidades y por lo tanto devolvernos la identidad y la dignidad robadas.

La austeridad es una forma revolucionaria y contestataria de enfrentar la sociedad de consumo, pero ya lo era en los tiempos de Jesús o de Mahoma, también lo fue en los tiempos de Buda que abandonó sus riquezas para encontrarse consigo mismo, lo fue en los tiempos Sócrates, de Gandhi y San Francisco de Asís. La austeridad es la más legítima y potente forma de rebeldía que le pega en el corazón al consumismo. Nuestra sociedad más bien nos invita y nos vende que la opulencia del consumismo nos hará felices, lo que contradice totalmente lo que nos dicen los grandes filósofos y profetas de la mayoría de las religiones ¿Tan equivocados estaban ellos?

Pero nuestra sociedad está regida por la ética del capitalismo/consumista, que por un lado es la que ha permitido el proceso que disfrutamos hoy, pero que a la vez nos ha conducido a la “Soledad Crónica (la gran enfermedad de nuestra época) y el vacío existencia que es la causa de depresiones, adicciones y las más altas tasas de suicido en las historia, el consumismo lentamente nos va haciendo perder el sentido y cuando la vida no tiene sentido la muerte es una alternativa. Otros autores (por ejemplo poetas como Alicia Salinas, 2015) llaman a este proceso el “holocausto consumista” que solo nos conduce a la soledad, el nihilismo y el sin sentido, por estar buscando sentido y felicidad en algo que nunca nos lo va a poder entregar… como dicen en el campo “no voy a comprar pan a la carnicería”.

Gracias a Dios (para lo que son creyentes) lentamente nos hemos dado cuenta que las cosas no nos hacen felices, que es más importante con quien comparto, que la soledad del consumo solo nos conduce al sinsentido. La invitación que nos hacen los profetas, los filósofos, y grandes hombre es a ser austeros, el llamado no es a dejar de consumir, sino que “consumir mejor”, reciclar, compartir, y en este proceso ganar en identidad, en dignidad, en libertad, en diversidad en conexión y finamente a humanizarnos.

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